El amor en tiempos de Feisbu


Hoy hice algo peculiar, dos post para San Valentín. Uno es un poco más egoísta que el otro, pero como éste es mi blog, hago lo que me plazca.

Y es que me ha costado volver a escribir sobre éste particular día, ya que no me gusta ser repetitivo. Un día que es realmente más comercial que romántico, un amor que es más infantil que maduro. Y, en lo personal, me preocupa más esto último que lo primero.

El romanticismo ha cambiado mucho a lo largo de los siglos, ya que las actuales muestras de cariño son esencialmente modernas. Sin embargo, el concepto de amor poco ha cambiado. El primer concepto de amor lo aprendemos en el seno familiar, en especial de nuestras madres. Este amor maternal suele ser, y obviamente no siempre, incondicional. Pero en algún momento ese amor incondicional se pierde, no penetra nuestras vidas, y no somos consecuentes con lo que hemos experimentado.

El amor a Dios (entiéndase el dios cristiano) es una de esas cosas que lo arruina. Como Dios sólo existe en la imaginación de quien lo invoque, éste puede ser un ser perfecto, que te ama -aparentemente- sin condiciones. No tiene errores, no falla, nunca te decepciona, es el Papá de los helados. Es así como uno se enamora de un ser imposible, y es bastante obvio que tendemos a extrapolar dicha situación a los demás, y esperamos que los demás sean seres imposibles: sin errores, sin fallas y, por supuesto, que nunca te decepcionen. Aunque, si analizamos al Dios cristiano, veremos que su omnipotente amor no es incondicional, ya que lanzar a alguien al fuego infernal por toda la eternidad sólo porque no has hecho lo que él quiere, no es muy incondicional que digamos.

Es así como tenemos un amor infantil, basado más en intereses personales, que en una relación recíproca de cariño y preocupación. Te amo porque eres inteligente, bello, gracioso, lindo, romántico, o lo que sea, demuestra más una relación basada en intereses. Uno en realidad ama a alguien, cuando te preocupas por éste, a pesar de que sea bruto, feo, aburrido o desagradable. Es por eso que casi siempre salimos decepcionados con estos asuntos del amor, pues encontramos a alguien con nuestro mismos gustos musicales y ya pensamos que encontramos a nuestra alma gemela.

Ah si, ¡El alma gemela! Otra idea que lo arruina todo. Se suele pensar que el alma gemela es la persona que nos completa todo aquello que nos falta, tal como lo dice el cuento de Platón. Sin embargo, por alguna razón, pensamos que nuestra alma gemela es aquel con gustos e ideas similares a uno; pero de acuerdo al significado de alma gemela, eso sería incorrecto, puesto que mi alma gemela también sería mi gemelo malvado, todo lo contrario a mi, puesto que esa sería la única forma en que una persona complete todo aquello que me falta.

Está bien en que uno quiera intentar hacer lo imposible, puesto que los que intentan lograr lo imposible son los que han generado el progreso social humano. Pero resaltemos que lo intentan, nunca lo logran. Así que, pedir lo imposible a una sola persona es, redundantemente, imposible. Esperamos un amor de películas, y aunque sabemos que cuando vemos a un hombre volar en una película, sabemos que no es real, nos creemos "el felices para siempre" de una comedia romántica, cuando, la verdad, que el amor también es trágico y duro de llevar. El amor, más que un sentimiento, es algo que se aprende y se practica... De igual modo, no es ninguna tragedia vivir solo o ser soltero.

Comentarios

Anónimo dijo…
Pues yo digo que este tema es cuestión de opiniones personales y no de hechos, si hablas con alguien muy realista te dará su opinión de una manera muy fría o yo que sé, al igual si hablas con una persona "romántica" te hablara del tema hasta con poemas jaja, en fin es buena tu opinión. En cuanto a lo imposible, voy en desacuerdo he visto ejemplos de personas que vaya que llevan una relación amorosa de otro mundo y no precisamente de película ni nada, en fin, creo que es de acuerdo a la vida que se lleva, yo opino que el amor es algo relativo :)
Saludos y escribe más seguido :P